HEBREOS
En el siglo XII a.C. los hebreos tuvieron algunos enfrentamientos con los cananeos.
Al establecerse en Palestina tomaron las costumbres sedentarias y agrícolas. En cuanto a la organización política continuaron divididos en doce tribus, sin confirmar un solo estado. Su vínculo primordial era el religioso. Cuando eran atacados por enemigos (momentos difíciles) las tribus aceptaban eventualmente a un único jefe, llamado juez, que era, generalmente, un caudillo. Este unía a varias tribus bajo su autoridad. Entre ellos se destacaron Gedeón, Sansón y Samuel.
Creación del Estado hebreo.
Los reyes:
Afines del siglo XI a.C., estas unidades temporales se transformaron en una unidad permanente con la creación del reino de Israel. Estos organizaron un solo Estado: nació la monarquía. En el plano internacional era una época de florecimientos de pequeños reinos independientes. Los grandes Imperios Antiguos habían decaído y todavía no había surgido el terrible poder asirio. Era un buen momento para unirse y derrotar a los filisteos con los que disputaban la zona.
El primer rey, Saúl, venció a los filisteos y floreció al Estado, su gobierno era acompañado por un Consejo de Ancianos.
Su sucesor, David, ataco la ciudad de Cananea de Sion y se apropió de ella llamándola Jerusalén. Posteriormente sometió a los filisteos y extendió los demonios de Israel, desde al Éufrates hasta el Mar Rojo. Los hebreos consideraron esta época como la más feliz.
Su hijo, Salomón, Alcanzo la fama por darle importancia a la justicia y por intensificar el comercio. Organizo también, una flota para comerciar por el Mar Rojo. Parte de las riquezas se aplicó a la construcción del palacio y del templo de Yahvé en Jerusalén.
El cima. Los dos reinos:
La muerte de Salomón desencadeno una rivalidad entre las doce tribus que termino en la división del reino en dos estados diferentes: a) las diez tribus del norte formaron el Reino de Israel, más vasto y fuerte, con su capital en Samaria.
b) Las dos tribus del sur formaron el Reino de Judá, con la capital en Jerusalén.
Como consecuencia de esta división hubo una decadencia económica y religiosa. Económica porque ya no tuvieron el monopolio de las rutas de religión; y religiosa porque comenzaron a adorar el reino del norte y asimilaron otras costumbres religiosas como los cananeos.
Como reacción ante esto, comenzaron a surgir los profetas, en defensa de la doctrina de Jehová.
El exilio. La pérdida de la independencia política:
La división y las luchas internas provocaron debilidad en los dos reinos. Esto favoreció a los pueblos vecinos que, primero los asirios y después los caldees, los invadieron, conquistaron y esclavizaron.
El retorno a Palestina. La comunidad religiosa:
Cuando Ciro el grande destruyo el imperio Neo babilónico, permitió a los hebreos a retornar a Palestina y los persas les permitieron reorganizarse como comunidad religiosa de acuerdo con su política. Pero pese a esto, no todos regresaron ya que temían ser esclavizados y se dispersaron por todo el mundo. Sin embargo, quedaron unidos por su lengua, su religión y sus costumbres.
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La diáspora:
Los romanos destruyeron Jerusalén y expulsaron a los israelitas. Estos se disgregaron por el Mediterráneo y comenzó así la diáspora; la dispersión de judíos por el mundo.
La historia de los hebreos en Palestina había terminado. Pero la comunidad hebrea sobrevivirá manteniendo intactas sus creencias y costumbres, gracias a su fe y a la alianza con su dios Yahvé.