Los egipcios son el primer pueblo que elaboró manuscritos ilustrados en los que se combinaron las palabras y los dibujos para transmitir información.

 

La mitología fue la forma en la que el hombre primitivo intentó explicar los fenómenos naturales y otros aspectos desconocidos de la vida y del mundo. La invención del mito y de la leyenda permitió afrontar y explicar lo inexplicable.

A los escribas y artistas se les comisionó para preparar los papiros funerarios llamados THE CHAPTERS OF COMING FORTH BY DAY. En el siglo xIx un experto lo llamó EL LIBRO DE LOS MUERTOS, este libro ocupó la tercera fase en la evolución de los textos funerarios. La primera fue la pirámide de unas (ca. 2345 a.C. ) cuyas paredes y pasillos fueron cubiertos con los textos de la pirámide, escrituras jeroglíficas que incluían mitos ,himnos y oraciones relacionados con la vida del faraón .

Esta práctica fue seguida por los textos del ataúd, donde todas las superficies del ataúd de madera, del sarcófago de piedra. O de ambos, se cubrían con escritos grabados y a menudo se ilustraban con dibujos de objetos que se usarían en la vida del más allá.

El despertar del Nuevo Imperio, alrededor del año 1580 a.C., heredó el uso de los manuscritos de papiro para los textos funerarios.

El libro de los muertos fue escrito en primera persona y suponía como narrador al muerto: el libro era colocado en la tumba ya que era una ayuda para sortear los peligros del bajo mundo. Los artistas que ilustraron el papiro de El libro de los muertos tenían como tarea crear figuras que describieran los acontecimientos que ocurrían después de que cualquier hombre moría y entraba al otro mundo. Se ilustraban también maravillosos futuros. El muerto podía morar en los "campos de paz”. Este viaje se ilustraba con una narración cronológica. En el papiro de Aní se muestra el Juicio final.

Thoth, el de cabeza de Ibis , es el escriba de los dioses y el guardián de las artes mágicas posa con su paleta para escribir su veredicto.

Se desarrolló un formato de diseño para los papiros egipcios ilustrados, que consistían en una o dos bandas horizontales, generalmente coloreadas, que corrían de arriba a abajo en el manuscrito. Se escribía en columnas verticales separadas por rallas de derecha a izquierda; las imágenes se insertaban a un lado del texto ilustrado. Con frecuencia las imágenes estaban en la banda horizontal inferior y las columnas del texto en forma vertical iban en la banda horizontal superior a lo largo de la parte superior de la hoja había un registro horizontal parecido a un frisco. Algunas veces se dividía la hoja en zonas rectangulares con la finalidad de separar el texto y las imágenes. La integración funcional de texto e imagen es estéticamente agradable, ya que la textura densa de los jeroglíficos dibuja dos a pincel producía un contraste elegante con las ilustraciones en espacios abiertos y los planos de color.

En los primeros libros de los muertos, el escriba diseñó el manuscrito, dejando áreas en blanco para que si se iba a ilustrar, el artista lo rellenara lo mejor posible las viñetas se volvieron cada vez más importantes, hasta que dominaron el diseño, al punto que el artista dibujaría primero en las ilustraciones y después se escribiría en manuscrito, tratando de evitar espacios difíciles en blanco, y algunas veces se escribiría en los márgenes si el ilustrador hubiera dejado el espacio adecuado para el texto.

Las ilustraciones de los manuscritos se hacían comenzando por marcar líneas de contorno simplificadas usando tinta negra o café, después se aplicaban las zonas de color con pigmentos blanco , negro , café, azul, verde y algunas veces amarillo.

Los murales y los papiros usaron convenciones similares de diseño. Al final se podía encargar un papiro funerario o comprar una copia y mandar escribir su nombre en los lugares apropiados. El comprador podía seleccionar el número y la elección de los capítulos, el número y la calidad de las ilustraciones, así como la longitud, con excepción del más grande, el Papiro de Turín que mide 57m (185 pies) de largo. Los pergaminos de El libro de los muertos miden desde 4.6m (15 pies) hasta 27.7 m (90pies) de largo y desde 30cm (aproximadamente 12pulgadas) hasta 45cm (aproximadamente 18 pulgadas) de alto. Hacia el colapso final de la cultura egipcia, El libro de los muertos con frecuencia consistió de algunas hojas de papiro, que sólo median unas cuantas pulgadas cuadradas.